La crisis sanitaria del Covid-19 ha obligado al colectivo sanitario a volcarse más que nunca, multiplicando sus esfuerzos y jornadas para hacer frente a un nuevo virus desconocido mundialmente. En este sentido, las enfermeras se han convertido en protagonistas, recalcando su papel crucial, grandeza en la actividad asistencial y relevancia para la salud pública.
En la actualidad, la enfermería malagueña se encuentra inmersa en el mayor plan de vacunación de la historia, bajo el objetivo de vacunar a toda la población. Hoy, hablamos con Aurelio Campos Rico, compañero y tesorero del Colegio para profundizar en esta trascendental campaña de vacunación que, a pesar del cansancio, el colectivo ha asumido con muchas ganas y esperanza.
Aurelio es un profesional de enfermería comprometido con la formación. El sanitario presenta una trayectoria de más de 35 años de desarrollo laboral en diferentes ámbitos de la enfermería desde atención primaria y de urgencias, coordinación, control de calidad clínica así como actividad académica. En su caso, ser enfermero es una profesión vocacional. «De pequeño siempre manifestaba ganas de ayudar en la mejora de condiciones de salud de las personas y así me lo recordaban mis padres».
En cuanto al proceso de vacunación contra el Covid-19 en Málaga, el enfermero explica que «está siendo un proceso largo y costoso para nosotros. Supone un cambio en la dinámica de trabajo, despliegue de recursos, tiempo y esfuerzo que ninguno lo hubiera imaginado hace año y medio».
Sin embargo, las enfermeras no se encargan únicamente de administrar la inyección. El colectivo está gestionando y coordinando gran parte de los recursos del proceso de vacunación. «Realizamos infinidad de labores simultáneas a la vacunación, tareas administrativas, de contacto, coordinación, educación sanitaria e información. Es un proceso que parece rápido y simple por lo funcional que lo hacemos pero conlleva un gran esfuerzo e intercambio de información con el paciente» comenta Campos Rico.
Además, el sanitario ha querido recalcar que, a pesar de haber asumido un reto histórico como es vacunar a toda la población, la enfermería no ha dejado de estar cerca de la ciudadanía, asumiendo sus labores asistenciales cotidianas. «Las enfermeras no han dejado de ver a sus mayores, a sus pacientes, de ir a los domicilios, de vacunar a los niños para cumplir con sus calendarios vacunales. En general, el colectivo sanitario se ha volcado realizando una labor ingente» añade.
En este sentido, Aurelio también ha querido poner en énfasis la importancia que ha tenido el trabajo en equipo en esta crisis sanitaria. «De acuerdo que la enfermería ha tenido un papel preponderante en toda esta situación, pero también hay que poner en valor otras profesiones con las que hemos trabajado mano a mano. El Covid-19 ha demostrado que los mejores resultados se obtienen cuando todos aunamos esfuerzos, nos repartimos las tareas, colaboramos honestamente y compartimos información».
En este contexto, el profesional considera que la sociedad tiene una concepción de la enfermería muy valiosa. «Si bien es cierto que la pandemia ha servido para poner en valor al colectivo, los malagueños y malagueñas son conscientes de que sus enfermeras son un activo en salud muy importante para ellos antes y después de la pandemia».
Por último, Aurelio ha querido transmitir su orgullo de ser enfermero. «Siento gran satisfacción de poder participar de esta profesión y que me haya permitido ganarme la vida y desarrollarme profesional y personalmente como enfermero. Creo que todos los compañeros deberíamos sentirnos orgullosos de nuestro papel en estos momentos»