La Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria ha manifestado públicamente su profundo malestar por el trato recibido por parte del Servicio Andaluz de Salud, que considera un ninguneo, un engaño y una falta de consideración hacia los profesionales y hacia las familias andaluzas. AndAPap calcula que aproximadamente un 40 por ciento de los niños en Andalucía no tienen pediatra asignado.
AndAPap ha constatado que, en la base de datos del Servicio Andaluz de Salud, hay usuarios que tienen asignados pediatras, enfermeras pediátricas y médicos de familia que en realidad no trabajan en los centros de salud correspondientes. En muchos casos, se asignan profesionales que desempeñan su labor en otros centros, por lo que dichos usuarios en realidad no tienen ni médico, ni pediatra, ni enfermera asignados. Esta situación es cada vez más frecuente y afecta sobre todo a los cupos de enfermería pediátrica, seguido de los cupos de pediatría y de los cupos de medicina de familia.
AndAPap aconseja a las familias que consulten la base de datos de la Organización Médica Colegial, en la que podrán comprobar si el médico que tienen asignado es pediatra o no, introduciendo el nombre y apellidos que puede encontrar en los informes o recetas que se le expiden.
El Servicio Andaluz de Salud se comprometió con AndAPap a incorporar a 600 enfermeras de pediatría en octubre. Sin embargo, no solo no se ha producido dicha incorporación, sino que en algunos centros de salud se ha llegado incluso a eliminar plazas existentes, agravando la situación asistencial.
La Asociación andaluza denuncia que las propuestas de agrupación de profesionales que AndAPap trasladó al Servicio Andaluz de Salud han sido tergiversadas y manipuladas, presentándolas de forma distorsionada y contraria al espíritu con el que fueron planteadas.
AndAPap exige transparencia real en la gestión de recursos humanos, cumplimiento inmediato de los compromisos adquiridos en materia de enfermería pediátrica y respeto a las propuestas profesionales y a la voz de quienes trabajan en primera línea de la atención a la infancia.






