Dulce Pontes retorna al Teatro Cervantes de Málaga con un concierto muy especial, con el que celebra junto al polifacético guitarrista esteponero Daniel Casares y el contrabajista cubano Yelsy Heredia sus 30 años de carrera. La intérprete portuguesa repasará mañana su brillante repertorio y versionará a grandes como Amália, Camarón, Chavela, Morricone, Elis Regina o Manuel Alejandro flanqueada por estos dos amigos que cumplen idénticos aniversarios profesionales, los mismos años de carreteras, vuelos, escenarios y conciertos. Asegura Dulce Pontes que la música es universal y conjuga especialmente bien con el verbo compartir, de lo que da muestra esa colaboración. De hecho, la última visita de la cantante lusa al Teatro Cervantes, en Terral de 2017 para presentar su disco Peregrinação, contó con la presencia de Casares, con quien entre otras colaboraciones ha grabado una versión del mítico tema de Camarón ‘La leyenda del tiempo’. “No es sólo un guitarrista increíble, un animal musical; es un ser humano humilde y excepcional, muy inspirador”, decía entonces la portuguesa del malagueño. Mañana se les podrá ver compartir escenario junto a otro grande, Yelsy Heredia, en un concierto para el que aún quedan entradas (20.00 horas del miércoles 19 de febrero, de 15 a 45 euros)
El de mañana será un elegante espectáculo, sencillo y luminoso, que surge de lo mejor y más exitoso del repertorio de la diva portuguesa, especiado y sazonado para la ocasión con un buen puñado de canciones de diversos compositores que poco a poco, a base de un cuidadoso proceso de destilación, se han desnudado de prosa superflua para lograr rozar su alma poética. Amália Rodrigues, Camarón de la Isla, Chavela Vargas, Elis Regina, Manuel Alejandro, Federico Britos, Enrico Caruso y Ennio Morricone son, entre otras, las piedras filosofales de un repertorio tan ecléctico como difícil de encorsetar en un género concreto. Esta es precisamente la señal inequívoca de que, después de estos estos treinta años, la portuguesa ha logrado un camino original y único.
Dulce Pontes regresa de acompañar al mismísimo Ennio Morricone en su última gira y de poner al público en pie en los más grandes auditorios de todo el mundo. A pesar de ello viene ahora con la idea de retornar a la sencillez, de alejarse de lo orquestal para volver a la esencia primera del alma pura de la canción. Este espectáculo es el resultado de dicho proceso de purificación, con el que se busca ofrecer la canción con los elementos imprescindibles para llegar a la esencia de la emoción primera en que se componen: evocar el brillo de la amistad sincera, los fugaces pero intensos encuentros en los ensayos improvisados, en las salidas previas a los grandes conciertos o en las noches sin fin de risas, confidencias y alegrías.
Desde su butaca, el espectador se sentirá cómplice del viaje y sentirá una conexión íntima e inolvidable. Así, como si se tratara de una versión contemporánea del formato de música de cámara, el público vibrará con el ímpetu y el ardor primero de lo recién creado: temas clásicos y míticos de su repertorio y otras sorpresas preparadas por Pontes, Casares y Heredia.