Francisco López dirige la escena y José María Moreno ensambla la música de la primera ópera escenificada del ciclo 18-19, que cuenta con la colaboración de la Fundación Unicaja, INAEM, Sando, Ópera XXI e Idealista
El teatro invitará al público al ensayo general del miércoles 21
Ainhoa Arteta como la apasionada y desesperada cortesana ‘Violetta Valéry’, Antonio Gandía en el rol de su enamorado ‘Alfredo Germont’ y Juan Jesús Rodríguez encarnado en el padre de éste, ‘Giorgio Germont’, conforman el triángulo protagonista de La traviata que se pone en escena este fin de semana en el Teatro Cervantes. La obra maestra de Giuseppe Verdi, primera ópera representada de la 30 Temporada Lírica del coliseo municipal, se escuchará y verá el viernes 23 y el domingo 25 en una producción escénica del Teatro Villamarta de Jerez dirigida por Francisco López, autor de una dramaturgia destinada a potenciar el patetismo, la desolación, la pasión arrebatada, la amargura febril y la humanidad de esta pieza clave del Romanticismo. José María Moreno dirige desde el foso a los cantantes y los profesores de la Orquesta Filarmónica de Málaga, con el apoyo de Salvador Vázquez en la dirección del Coro de Ópera de Málaga en una producción musical del Teatro Cervantes. Mónica Campaña (‘Flora Bervoix’), Alba Chantar (‘Annina’), Luis Pacetti (‘Gastone de Letorières’), Francis Tójar (‘Doctor Grenvil’), Isaac Galán (‘Marqués d’Obigny’), José Manuel Díaz (‘Barón Douphol’) y la Compañía de Danza y Flamenco David Martín, con este en el rol de ‘Piquillo’, completan el elenco de esta primera y muy esperada puesta en escena: los abonos para todo el ciclo han crecido un 62,2 % respecto a la Temporada anterior y las entradas sueltas para estas dos funciones se agotaron apenas dos horas después de su salida a la venta el pasado martes 6 de noviembre. La 30 Temporada Lírica, que cuenta con la colaboración de la Fundación Unicaja, INAEM, Sando, Ópera XXI e Idealista, ofrece además otros dos montajes verdianos, Aida y Otello, este último con Carlos Álvarez en el reparto, que agotarán en muy corto plazo el papel disponible.
Ensayo general abierto al público
“Dicen que la vivencia de la muerte es un resplandor blanquísimo que, por breves instantes, permite la experiencia plena de la levedad de estar vivo”, concluye el texto de Francisco López para el programa de mano de un drama verdiano cargado de encarnadura humana, sufrimiento, soledad y amor pasional. López detalló esta mañana las características de su versión de La traviata, esa obra maestra de la ópera romántica en la que el libretista Francesco Maria Piave adaptó la no menos célebre novela La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo), en una rueda de prensa en la que estuvo flanqueado por Ainhoa Arteta, Antonio Gandía y Juan Jesús Rodríguez y por el maestro José María Moreno. Les acompañaron Susana Martín Fernández, directora del Área de Cultura del Ayuntamiento, Juan Antonio Vigar, director-gerente del Teatro Cervantes, y Gema Domínguez, responsable de Artes Escénicas y Espacios Culturales de la Fundación Unicaja, principal entidad colaboradora de la Temporada Lírica. Vigar anunció en la rueda de prensa la apertura del ensayo general del miércoles 21 al público dada la rapidez con la que se agotaron las entradas y el interés despertado por esta producción y por la 30 Temporada Lírica. Al igual que se hizo con las representaciones de Turandot y Rigoletto en la 29 Temporada, el Cervantes acercará la puesta en escena a la mayor cantidad posible de aficionados: las invitaciones estarán disponibles en taquilla del teatro mañana martes desde las 11.00 horas (máximo 2 por persona).
La traviata: la vertiente más íntima de Verdi
La traviata se puede considerar, siguiendo a José Antonio Cantón, autor de las notas al programa del ciclo, “la primera aparición del verismo entendido como retrato realista de situaciones y personajes de la vida cotidiana, con toda su crudeza, enfatizando los aspectos morales y éticos de sus comportamientos, lo que deja claro su entronque estético con el naturalismo literario”. Verdi exprimió en ella su vertiente más íntima y menos grandilocuente, creando una música de una profunda humanidad y cuidando la recreación psicológica de los personajes y sus sentimientos a partir del magnífico libreto con el que Francesco Maria Piave adaptó una obra magna de la literatura del Romanticismo, La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo).