El extraño caso de las toallitas” éste es el lema elegido por la empresa pública de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento de la Costa del Sol, Acosol, y la empresa gestora del ciclo del agua, Hidralia, para llevar a cabo la campaña de concienciación contra el vertido de las toallitas húmedas e higiénicas al inodoro, que se ha presentado esta mañana en la sede de Acosol.
En la presentación han estado presentes, Manuel Cardeña, consejero delegado de Acosol y Fulgencio Díaz, gerente de Hidralia en la Costa del Sol Occidental. Ambas empresas, ya realizaron en 2017 una campaña conjunta de concienciación sobre los efectos negativos de tirar este tipo de residuos al WC, centrada en cartelería y folletos, por su responsabilidad en el ciclo integral del agua. Este año, además de distintos elementos de cartelería, la campaña se difundirá prioritariamente a través de las redes sociales para llegar al mayor número de usuarios posibles, principalmente en los municipios de Marbella, Estepona y Manilva, donde ambas empresas trabajan conjuntamente, aunque se extenderá a toda la Costa.
En esta ocasión, el mensaje principal trata de concienciar a los usuarios de que el inodoro no puede ser utilizado como papelera, y se centra especialmente en las toallitas, por el uso generalizado de las mismas en este sentido y la conciencia mal popularizada de que es un material rápidamente biodegradable, sin mayores consecuencias. Sin embargo, estos elementos tardan más de 500 años en desaparecer, causando graves problemas en las redes públicas de saneamiento y alcantarillado y en el medioambiente.
Manuel Cardeña, ha destacado que “la responsabilidad que tenemos en el ciclo integral del agua hace que se creen sinergias para colaborar y trabajar de forma conjunta, y así realizar proyectos como esta campaña, que hace hincapié en los daños que el mal uso de las toallitas provoca en las redes de saneamiento, con el perjuicio que eso supone para los ciudadanos y el medio ambiente”.
Cardeña, también ha manifestado que “se han recogido 2.100 toneladas de residuos procedentes del cribad, recogidas en las distintas plantas depuradoras gestionadas por Acosol, S.A. durante 2018, siendo las toallitas el principal desecho. El problema de las mismas es que además de generar un coste para los usuarios y un mal funcionamiento del servicio, supone un grave daño al medio ambiente de la ciudad. Ya hemos trabajado conjuntamente con Hidralia en este tipo de campañas, ahora queremos centrarnos en transmitir este mensaje de manera muy visual y para ello utilizaremos como plataforma las redes sociales, además de la cartelería”.
Por su parte, el gerente de Hidralia, Fulgencio Díaz, señaló como ejemplo que tan solo en las labores de limpieza de las redes de saneamiento de los municipios de Estepona, Manilva y Marbella se han recogido en el último año casi 950 toneladas de residuos. “El problema de las toallitas es integral y supone un grave daño al medio ambiente y a las infraestructuras de saneamiento y alcantarillado de la ciudad, principalmente en las zonas del casco histórico, donde existe una mayor concentración de viviendas. De ahí la necesidad de aunar esfuerzos entre ambas empresas para concienciar de su mal uso e informar a los usuarios del grave perjuicio que supone para sus instalaciones, su ciudad y en el entorno natural”, destacó.
“Con esta nueva campaña pretendemos -señaló Díaz- informar y concienciar sobre la necesidad de no usar el retrete como una papelera, llegando a todos los usuarios posibles, para lo que hemos utilizado formatos compatibles con las redes sociales y canales más visuales”.
La campaña de divulgación y concienciación se difundirá a través de elementos digitales, videos, mensajes, imágenes, consejos, etc., además de carteles y folletos. El mensaje principal trata de concienciar a los usuarios de que el inodoro no debe usarse como una papelera y no se debe tirar en él ningún elemento higiénico o cualquier otro residuo sólido como bastoncillos, papeles, pañales, tampones o cualquier otro material.
El sistema de desagüe de las ciudades se inicia en cada hogar y va a unirse con el resto de vecinos de la comunidad, donde comienzan los primeros atascos y cuya reparación supone un coste a los particulares, al ser instalaciones interiores.
De ahí, pasa a unos colectores generales que están bajo las calles y que recogen el agua residual para llevarlas, en su caso, a las estaciones de bombeo que las conducen hasta las EDAR (Estación Depuradora). Todos los residuos – y en especial las fibras de las toallitas- pueden bloquear estas instalaciones por acumulación, provocando un mal funcionamiento del servicio. La acumulación de este residuo dificulta considerablemente la actuación en los sistemas de saneamiento, convirtiéndose en un verdadero “mostruo de las cloacas”, de costosa y difícil eliminación.